Como
queda dicho, una vez que la nueva iglesia se ha establecido en esta zona (pues
éramos unos 30 miembros en comunión), no solamente nuestra misión era la
evangelización y edificación del pueblo del Señor, sino que también el Señor
nos dio el interés de ir a la adquisición de un nuevo edificio; para ello,
teníamos que comprar el terreno y luego llevar a cabo la edificación del mismo.
Cada
vez, el lugar que disponíamos se quedaba más pequeño; nuevas almas eran
añadidas a la iglesia, y, por otra parte, los niños que el Señor iba dando a
los matrimonios creyentes nos hacían "apretujarnos" más cada día y
sentirnos más responsables de una Obra que realmente el Maestro había puesto en
nuestras humildes manos; a esto se añadía las malas condiciones higiénicas
(pues no teníamos ningún servicio de aseo, etc.) y ya veíamos que nos era "violento"
invitar a nuestras amistades a escuchar el Evangelio.
En
estas condiciones, nos pusimos todos a trabajar y a orar, cada cual
"granjeaba su talento", se escribieron cartas a hermanos en España y
en el extranjero, los hermanos en calle G. Aranda también estaban
respaldándonos con toda la ayuda que podían y el Señor se manifestaba a nuestro
favor, pues a modo de anécdota diremos que un señor que vino del extranjero un
día llamó a don Edmundo para regalarle unos terrenos que poseía como herencia
de sus padres, en San Pedro de Sórdoma (aldea donde en el año 33 don Tomás
Berkley había predicado en aquel salón el Evangelio). Así estos terrenos se
vendieron y ya dieron para la adquisición del lugar donde se había de construir
el nuevo edificio.
De
esta manera llegamos al año 1958; el Señor nos había ayudado y ya teníamos
algún dinero para comenzar las obras, antes de comenzar éstas, era menester
llevar a cabo un destierro de los terrenos donde se iba a emplazar dicho
edificio; todos trabajamos con pico y pala para ahorrarnos los gastos que este
capítulo supondría, y así se comenzaron dichas obras.
En
1.960 quedó terminada la planta baja, y el piso se iría arreglando conforme a
las posibilidades; este edificio quedó instalado en Camino de Fermín, núm. 3,
Barreiro, más conocido por avenida Ramón Nieto, núm. 350, interior,
Lavadores-Vigo. Una vez construido el edificio, estuvimos pensando pedir el
correspondiente permiso para trasladar la iglesia a dicho lugar, y como el "ambiente"
era hostil, un siervo del Señor, don Mariano San León, nos sugirió que
hiciéramos una comunicación al Gobierno Civil de que: "a partir de la
fecha X, la Iglesia Evangélica que se reúne en calle Severino Cobas, núm. 58,
con permiso gubernativo número X se reunirá en Camino Fermín, núm. 3, para
celebrar sus cultos y actividades propias de dicha Iglesia"... Y después de llegar a las fecha señalada en
dicho comunicado nos fuimos al nuevo local pero después de estar allí por dos
domingos, el señor gobernador comunicó a don Edmundo "que si no nos
habíamos reunido en el nuevo local, que no lo hiciéramos, pues no era cosa de
comunicar, sino de pedir permiso...".
Con
toda la humildad que caracteriza a los hijos de Dios, nos volvimos de nuevo al
antiguo local (ya que no lo habíamos entregado a su dueña), y entonces pedimos
el correspondiente permiso gubernativo al cual no nos han contestado hasta dos
años más tarde, diciéndonos que nos era "denegado" dicho permiso y
que teníamos que buscar otro emplazamiento, puesto que esta zona es declarada
"zona militar".
Por
aquella fecha, estaba entre nosotros el siervo del Señor don Eric Bermejo (hoy
en Valladolid), el cual nos dijo que en su nombre, y como sin saber nada del
permiso anterior, iba a pedirlo nuevamente al señor gobernador; y cuál no sería
nuestra sorpresa, que a las tres semanas nos vino aprobado el deseado permiso.
Alabando y glorificando al Señor de nuestras vidas, nos fuimos definitivamente
para establecernos en dicho lugar, era en el año 1.965.
3ª
Etapa...
(Continuará)
(Redacción: Josué
González)
(Publicado en la
revista "Edificación Cristiana", año 1.976, Núm 4)
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