lunes, 28 de octubre de 2013

Linares y La Carolina: su historia "evangélica". (II parte y última. Redactada en 1.978)

 
Las hermanas Chesterman, Raquel y Claudia, vinieron a Linares después que su padre, don Jorge, había vuelto a Inglaterra tras una estancia de más de 30 años en Galicia. Claudia pasó a la presencia del Señor en el año 1.927, y su hermana Raquel continuó en Linares hasta mediados del año 1.958 en que marchó a Inglaterra, con buena salud pero muy desmemoriada. Ella nos visitaba en El Centenillo en sus últimos veranos en España.
Doña Juana Chicot (así se pronunciaba el apellido, aunque no sé si sería Chiccot o Chicott, o posiblemente Chilcott, apellido que parece más inglés que los anteriores), misionó en La Carolina, sin que yo conozca la fecha de su llegada, pero sí que pasó a la presencia del Señor durante la guerra civil en España.
Otro matrimonio inglés, también con el apellido Chicot (¿?) trabajó para el Señor en Bailén, y en el año 1.934 ya había marchado a Inglaterra, pero yo vi que aun estaban allí sus muebles en la casa-capilla de la calle del Agua.
Fue también por el año 1.929, que dos hermanas en la fe procedentes de Ronda, Miss Reed y Alicia Stevens, vinieron a Bailén. Después, pasados unos meses, se fueron a Baños de la Encina. Alicia Stevens iba andando todos los sábados a Bailén para tener reunión de señoras los domingos y escuela dominical. En Bailén había un hermano llamado Juan José que era el que celebraba el culto del partimiento del pan. Los lunes, la señorita volvía andando a Baños, distante unos ocho kilómetros. Estas hermanas, por la delicada salud de la señorita Reed, volvieron a Inglaterra y no regresaron más a España. Esto debió ser antes del año 1.933.
Por muchos años, caso singular, había solamente mujeres misioneras viviendo en las casas de las capillas, como hemos podido ver, pero el Señor preparó y dio los hombres necesarios, ya españoles, para la obra necesaria. Destacaron los referidos don Manuel Martínez, don Juan García, don José Casado..., pero hubo otros creyentes fuertes y preciosos, como los hermanos García y Aquiles en Guarromán. Juan José y más modernamente Juan Redondo en Bailén, Viñolo, Medina y Checa en Linares, Santiago García en El Centenillo, Tomás Garrido en Baños de la Encina, etc...
 Creo que fue en 1.958 cuando vino a Linares un obrero encomendado por Castiñeiras-Riveira, y procedente de Málaga, don José Fernández Marino, un hermano sencillo y bondadoso, que dejó pronto Linares y su encomendación para retornar a su vida marinera.
Posteriormente, en febrero de 1.964, fue encomendado por la iglesia de Gijón, don Ramón Vega Suárez, que vino a vivir en la casa de Cambroneras. Joven y buen viajero, desde Linares, ha visitado casi todas las asambleas de España ministrando la Palabra, y ha trabajado y trabaja en la iglesia local de Linares. También y con el dicho de que "toda institución es la sombra de un hombre" (aunque la fuerza es de Jesucristo), ha llevado a cabo la obra del Hogar de Ancianos en Linares, precioso consuelo y refugio para los cuerpos gastados.
En el mes de octubre del año 1.968, salió también encomendado a la Obra el que firma este mal hilvanado trabajo. Mi lugar de residencia es La Carolina.
Siempre se ha podido ver, con unos y con otros, que era el Señor el que guiaba el trabajo, el que ha bendecido y prosperado las iglesias de la zona y el que ha salvado las almas, porque los frutos son suyos y para Él.
 
(Redactado por Manuel González de Prado para la revista "Edificación Cristiana", Marzo-Abril de 1.978)

martes, 22 de octubre de 2013

Linares y La Carolina: su historia "evangélica". (I parte. Redactado en 1.978)


Hermanas Raquel y Claudia Chesterman


La gran dificultad que existe para escribir la historia de la obra evangélica en la zona Linares-La Carolina consiste en las fechas. Se conocen las personas y los acontecimientos, los esfuerzos y los trabajos llevados a cabo, y sabemos hasta el orden de ellos, pero no conocemos muchas fechas exactas. Trabajando para conseguirlas hemos encontrado algunas que nos han resultado valiosas para ordenar el conjunto histórico.

La causa aparente que determinó la presencia de la Buena Nueva de Salvación en esta zona fue la llegada de una numerosa colonia inglesa y otra alemana menos numerosa, dedicadas a la explotación de minas de plomo de la comarca. Hoy podemos contemplar las ruinas de algunas minas con nombres significativos: "La inglesita", "La Aquisgrana", etc.

Sabemos que por el año 1.870 ya hay en Linares un pastor anglicano. Pero podemos creer que su trabajo y ministerio se limitaba a los ingleses. Se trataba, por tanto, de un círculo cerrado que no se extendía, quizás porque ellos lo consideraban inadecuado o peligroso.

En el año 1.873 llega a España, junto con don Tomás Blamire, don Jaime Wigstone. Ambos visitaron diferentes regiones de España. Juntos fundaron en 1.875 la primera iglesia en La Coruña, y, antes o después, don Jaime trabajó para el Señor muy brevemente en Barcelona. Pero don Jaime marchó a Linares en donde estuvo los últimos diecisiete años de su obra activa. Estaba casado con una hija del conocido siervo de Dios don Arturo Rees, de Sunderland. Don Jaime poseía una manera muy llamativa, fuerte y convincente para predicar la Palabra de Dios. En 1.887 se convierte en Linares un joven llamado Manuel Martínez, el cual resultó ser un instrumento escogido por Dios para una obra larga, penosa y muy bendecida en toda la zona de Linares-La Carolina.

Don Jorge Davis Baker, convertido en Inglaterra en 1.885, por mediación del evangelista americano Moody, llegó a Linares en 1.891, para servir al Señor con el siervo de Dios ya citado, don Jaime Wigstone. Ya don Jaime había adquirido para lugar de cultos el edificio en la calle Cambroneras, 27, que antes había sido un convento de monjas.

Desde el principio, Wigstone y Davis, visitaron La Carolina sistemáticamente, pero fue en 1.897 cuando don Jorge se casó con doña Matilde Clapton y fundaron su casa en La Carolina, en donde nació nuestro hermano don Jorge Davis Clapton. Don Jorge visitaba desde La Carolina, Guarromán, Baños de la Encina, Santa Elena, etc. Don Jorge fue el iniciador de la obra del Señor en Santa Elena por el fruto del reparto de tratados. Tengo la copia de una carta de don Jorge, fechada en noviembre de 1.893, y escrita desde Linares, por la que sabemos que también visitó las minas del Centenillo. Don Jorge se trasladó al Ferrol en 1.904.

Don Jaime Wigstone enfermó en el año 1.902 y regresó a Inglaterra, pero con su salud mejorada volvió a visitar en varias ocasiones España. Aún vivió bastante tiempo, pues pasó a la presencia del Señor en noviembre de 1.921.

En el año 1.903 estaba en Linares don Juan Nisbet, pues tenemos noticias de que fueron bautizadas por él en dicho año 33 personas. Uno de los bautizados fue un joven de trece años, llamado Juan Bautista García, que después resultó ser un precioso hijo de Dios para el trabajo y el testimonio de la zona. Con él, su cuñado don José Casado, es hombre inolvidable, estampa imborrable de santidad y fidelidad. Don José Casado nació el 1 de diciembre de 1.889 y pasó a la presencia del Señor el día 14 de septiembre de 1.962. Fue encomendado para su dedicación total al servicio del Señor en julio de 1.957, pues la zona estaba muy necesitada de cuidado y atención, y de manera especial La Carolina. Don Juan Bautista García se había marchado a América al final del año 1.956.

Otro nombre y otro hombre fue don Guillermo Paris que trabajó principalmente en Baños de la Encina.
Las hermanas Chesterman, Raquel y Claudia, vinieron a Linares después que... (Continuará)



(Redactado por Manuel González de Prado para la revista "Edificación Cristiana", Marzo-Abril de 1.978)

lunes, 14 de octubre de 2013

Don Pablo Gómez Sacristán: breve nota biográfica.


El pasado 11 de febrero (1.968) fue promovido a la presencia del Señor nuestro querido hermano y anciano de esta iglesia (Duque de Sesto, Madrid) durante muchos años don Pablo Gómez Sacristán.

El entierro se celebró el día siguiente, teniendo en la casa unos momentos de oración y unas palabras de recuerdo en cuanto a la vida y servicio de don Pablo en la Obra del Señor. En el cementerio hubo oportunidad de un hermoso culto, aunque breve, con un mensaje del Evangelio a cargo de don Juan Solé, siendo en este sentido la partida de nuestro hermano, oportunidad de testimonio en presencia de un gran número de amigos y hermanos en la fe.

Había cumplido ochenta y cinco años y conoció el Evangelio aceptando a Cristo como su Señor y Salvador cuando tenía poco más de veinte años. Era uno de los primeros frutos de esta obra del Señor comenzada por doña Julia Jones quien, en compañía de otras hermanas, había venido de Inglaterra para servir al Señor en España. Fruto de esta obra misionera es esta iglesia en Duque de Sesto y Puente de Vallecas, como también la que se encuentra en Camas (Sevilla).

Don Pablo se convirtió al Señor en su tierra natal Segovia, pero ya en el año 1.903 se encontraba en Madrid y cuando esta iglesia tenía su domicilio en la calle de Valencia, 3. Comprendió que el Señor le llamaba no sólo para llevarle un día al Cielo, sino también para que fuera su testigo en esta tierra sirviéndole fielmente. Así, inmediatamente empezó a testificar de su Señor y contar a todos cuán grandes cosas Dios había hecho con él.

También viajó mucho con los medios de entonces por gran parte de nuestra geografía, llevando valientemente por muchas partes el mensaje del Evangelio. Visitó principalmente las provincias de Ciudad Real, Jaén, Zaragoza, su tierra natal y otras. En muchas ocasiones fue afrentado, perseguido, incluso apedreado, pero no por eso dejó de testificar de su Señor y se sostuvo siempre como viendo al Invisible.

Don Pablo sirvió también al Señor como anciano en esta iglesia (Duque de Sesto) durante muchos años y ha dejado entre nosotros un hermoso ejemplo de fe, constancia y amor. Hasta pocos días antes de ser llevado a la presencia del Señor asistió al culto de comunión. En el último año transcurrido sólo faltó a este culto, a pesar de sus años y achaques, cuatro o cinco veces y fue por causas ajenas a él mismo. El Señor nos ayude en medio de tanta inconstancia e inconsecuencia de nuestros días a seguir el ejemplo de nuestro querido hermano.

Su esposa doña Consuelo ha sido compañera fiel e idónea durante sesenta años y la deseamos desde estas líneas también, la consolación y fortaleza del Señor. Para sus hijos y nietos que puedan disfrutar por andar en los caminos del Señor, del mismo gozo que disfrutó su querido padre hasta el último momento, y estamos seguros que tendrá del Señor su "Ven buen siervo y fiel, entra en el gozo de su Señor".

 

(Publicado en la revista "Edificación Cristiana", marzo-abril 1.968)

martes, 8 de octubre de 2013

D. Fernando Pujol Rosell: nota biográfica de 1.968.



En la sección "Ecos del Campo" incluida en la revista "Edificación Cristiana", número marzo-abril de 1.968) incluyeron un apartado titulado "Conozca a los siervos" donde apareció una breve nota biográfica de D. Fernando Pujol:

"Nuestro hermano se convirtió al Señor a la edad de 23 años, y pronto se destacó por su interés en la obra del Señor y en el estudio de las Sagradas Escrituras. En el año 1.950 fue encomendado a la Obra del Señor por la asamblea de Pinar del Río, asociándose a su encomendación las demás asambleas entonces fundadas en la ciudad condal. Durante muchos años colaboró en la labor de enseñanza bíblica de CURSOS DE ESTUDIO BÍBLICO, además de ayudar en todos los aspectos de la labor en Pinar del Río, entonces una iglesia "joven". Sus dones de enseñador de la Palabra se aprecian y se utilizan entre las Asambleas en general, y no sólo en su ciudad. Durante los años pasados la obra en Pinar del Río se ha visto aumentar hasta llegar a unos 200 miembros en comunión. Los hermanos de la asamblea también desean ampliar sus horizontes por abrir un nuevo local en la voluntad del Señor. Don Fernando se casó con doña Encarnación Fernández, fiel colaboradora en la obra, y tienen tres hijos, Daniel, Raquel y Carlos."