lunes, 24 de febrero de 2014

Noticias desde Béjar (Salamanca), año 1.905.


Charles Elton

C/ Martín Mate, 60

Béjar, Salamanca

 

"Durante la primera parte del pasado mes, dos de nosotros nos marchamos de Madrid y vinimos a Béjar. Después del calor y el bullicio de la ciudad, el cambio a un lugar situado como este, entre las montañas, tan llenas de belleza natural, es de hecho un placer, y causa que nuestro corazón le alabe "a quien nos dio ricamente todas las cosas para disfrutar".

Hay un poco de interés para escribir sobre el trabajo en el pueblo; las reuniones son pequeñas, pero no sin bendición; los números rondan entre veinte y treinta; y aunque damos gracias al Señor por lo que él está haciendo, y no tenemos en menos las cosas pequeñas, aún deseamos ver mayor interés despertando entre aquellos que "están sin Cristo, sin esperanza, y sin Dios en el mundo".

Dificultades peculiares se presentan aquí; por un lado hay fanatismo, por el otro, indiferencia espiritual. La mayoría de los hombres son tejedores, y muchas mujeres también están empleadas en este comercio, y como todas las empresas están en las manos de personas fanáticas, es duro para aquellos que asisten a las reuniones encontrar trabajo. Cuando hablamos con los hombres les encontramos muy ansiosos de escuchar la Palabra, y con mucho gusto vendrían a la casa, pero están temerosos de perder el trabajo. A pesar de estas cosas, el Señor nos ha animado, y algunas veces nos alegramos al ver nuevas caras en la reunión, y creemos que uno o dos han sido despertados al sentido de su necesidad, y "no están lejos del reino". Valoramos mucho vuestras oraciones por Béjar.

El miércoles 19 de julio, empezamos unos días de visitas. Nuestra primera parada fue Plasencia, donde en los pasados años algún trabajo se había hecho. Habíamos pensado encontrar a una creyente allí, y si fuera posible tener una reunión en su casa, pero ella estaba enferma en el hospital, y nadie nos permitió verla, excepto en los días de visita. Nos decepcionaron también sus amigos, que no nos dieron nada salvo la bienvenida.

Al siguiente día pasamos, aún viajando al sur, a través de uno o dos pueblos pequeños, y, tras un largo y cansado viaje, llegamos a Cáceres sobre las 10 de la noche. Aquí fuimos muy calurosamente recibidos por el hermano que está "llevando el esfuerzo" por el momento; estaba tan encantado de vernos, después de haber estado solo por algún tiempo.

Nuestra visita aquí duró por varios días, y disfrutamos la comunión en el Evangelio, y las reuniones por la noche tuvieron buena asistencia. Un hermano, que ha dado buen testimonio, estaba muy enfermo, y aparentemente cerca del fin de su peregrinaje; estaba muy débil, y difícilmente podía hablarnos, pero tan lleno de gozo con el pensamiento de pronto ver "al Rey en Su belleza y la tierra que está más allá".

Regresamos a Béjar, felices por el privilegio de haber visto y ayudado en la obra del Señor en este pueblo.

El 2 de agosto recibimos un cable diciendo que el señor Quintin había fallecido, y la misma tarde salimos en nuestro viaje hacia Cáceres- esta vez por tren.

Llegamos a tiempo para el funeral, y nunca olvidaremos el interés que despertó este evento, al ser el primer funeral civil que el pueblo había visto, y fue una señal de victoria para el Evangelio.

Multitudes de personas respetables estuvieron en la calle, y confesamos sentirnos algo nerviosos mientras ellos nos seguían hasta el cementerio. Pero allí el Señor nos dio un buen tiempo, y aunque todo era nuevo, y había tanta gente reunida, la atención dada mientras cantábamos y hablábamos del Evangelio, fue verdaderamente maravillosa.

Por la tarde nos dirigimos hasta Alcázar, un pueblo grande a algunas millas de distancia. Nos encontramos a la mayoría de las personas en "la era", un amplio lugar para trillar y aventar el maíz. Fuimos bien recibidos, y ningún tratado fue rechazado.

Debido al interés que se despertó a raíz del funeral, esperábamos una buena reunión por la noche, y no fuimos decepcionados, porque antes de la hora habitual de la reunión la entrada estaba llena; algunos tuvieron que sentarse en la plataforma, otros en las escaleras, y muchos otros se quedaron de pie. El pueblo estuvo bien representado, porque notamos a comerciantes, policías, soldados, oficiales de aduana, guardias civiles, etc. De verdad, el Señor estaba con nosotros, y Su poder se manifestó.

Al siguiente día visitamos otro pueblo, llamado Malpartida, y tuvimos un buen tiempo distribuyendo folletos y hablando una palabra donde encontrábamos un oído atento. Regresamos a tiempo para la reunión de la noche.

Damos gracias al Señor por su manifestación de gracia en Su presencia y poder, y por la victoria dada.

Aquí, también, probamos la promesa, "Antes de que llamen yo responderé, y mientras ellos están hablando yo oiré". Como nos íbamos a ir al siguiente día, y como muchos parecían interesados, le pedimos al Señor enviar a alguien para enseñarles, y sin esperar una respuesta tan rápida, a la mañana siguiente, antes de que nos fuéramos, los dos colportores llegaron, con la intención de estar en la provincia por algún tiempo. Confiamos que muchos serán traídos "fuera de la oscuridad a la luz", y "del poder de Satanás al de Dios".

 

(Publicado en la revista "Gleanings from Spain", núm 9, septiembre de 1.905, traducido al español)

lunes, 17 de febrero de 2014

"Villa Gloria", Madrid. (Hospital inglés, 1904)



Con el deseo de alcanzar a la clase media-alta e incluso a la aristocracia, doña Julia Jones sufragó los gastos de un "Hospital Evangélico Inglés" en Madrid. A cada enfermo se le regalaba un Nuevo Testamento y literatura evangélica de calidad. Fue inaugurado en 1.904 en presencia del cuerpo médico, la prensa y destacadas personalidades y del embajador británico en persona.

En la revista "Gleanings from Spain" se anunciaba de la siguiente manera (traducido del inglés):

"Visitantes de Madrid: para el beneficio de su salud podrían encontrar todo lo que necesitan en este Sanatorio (el único de su clase). Está hermosamente situado en un terreno elevado y amueblado con todos los adelantos modernos. Aspecto soleado, con gran jardín con sombras. Asistencia médica y enfermería inglesa.

Contacto: Miss Mathews, Columela, 17, Madrid."

 
Pablo Enrique Lemore en un artículo en la revista "Edificación Cristiana" (año 1.981) comenta: "Los cuantiosos gastos de mantenimiento y la falta de personal adecuado no permitieron que ambos servicios (Hospital y salón de té) fuesen llevados a cabo durante muchos años.  Quedan como testimonio de un inteligente esfuerzo para evangelizar a todas las capas de la sociedad española."

 

Foto: "Sanatorio" anunciado al borde del parque del Buen Retiro en el año 1905. La calle sigue existiendo, aunque no con espacio, aire y vistas hoy en día.

lunes, 10 de febrero de 2014

"La primitiva iglesia, en la España del '98" ( V parte y última, escrita en 1.981)




A MODO DE CONCLUSIÓN

 
Tiempo y espacio me faltan para seguir historiando esos modernos actos de apóstoles, más apasionantes que lo que narra Borrow en su "Biblia en España". Si Dios quiere, puede que lo haga más adelante, con nuevos materiales que descubra. Mientras tanto, cabe que alguien se pregunte: ¿Y qué queda -hoy día- de tantos esfuerzos y sacrificios para evangelizar a toda España en el espacio de una generación? Primero, no olvidemos que entre 250.000 y 300.000 compatriotas de aquel entonces oyeron la Buena Noticia. Luego, reconozcamos que la mucha extensión de la obra en superficie (en más de 40 provincias) perjudicó evidentemente al establecimiento y posterior cuidado de asambleas bien arraigadas en su entorno social. Los misioneros responsables pensaron que con reconocer "ancianos" en cada lugar (siguiendo el modelo apostólico) bastaría. Parece que no tuvieron en cuenta nuestra realidad socio-cultural y económica, por una parte, y por otra el hecho de que "presbyteroi" (los que vigilan amorosa y atentamente el rebaño) de la era apostólica eran - por lo general- creyentes ya asentados en la revelación del A. T., que aceptaron a Jesús y que luego eran continuamente formados por cartas y visitas personales de los Apóstoles y de sus inmediatos colaboradores.
El dilema no consistía en "evangelizar o edificar", sino en saber cómo simultanear ambas actividades, en medio de las circunstancias particularmente adversas que ejercitaban la fe de los obreros evangélicos día tras día. Con distintos datos, sigue siendo un problema actual.
Diremos finalmente que, hoy día, aún quedan descendientes espirituales de aquella "Primitiva Iglesia Cristiana". Dentro del campo de las Asambleas, citemos dos de Madrid (en calle Duque de Sesto y Puente Vallecas), posiblemente las de Béjar y la Puebla de Cazalla; y la de Camas, que dio lugar, posteriormente a otras tres asambleas sevillanas. En sus inicios (allá por los años 1.917 al 20), la "Misión Evangélica Española" de Valdepeñas se benefició del ejemplo y de los esfuerzos evangelizadores de doña Julia Jones. Y otros beneficiados fueron los distintos grupos bautistas en Badajoz, Albacete, Pétrola, Lérida, Huesca y Barcelona.
Lo que antecede no sólo es rigurosa historia, sino un abnegado ejemplo y un auténtico desafío para nosotros.

(Fin)

(Redactado por Pablo Enrique Le More y publicado en la revista "Edificación Cristiana", marzo-abril de 1.981)

 

martes, 4 de febrero de 2014

"La primitiva iglesia, en la España del '98" ( IV parte, escrita en 1.981)



LUCES Y SOMBRAS

 
Antes de finalizar el pasado siglo (se refiere al s. XIX), se abren nuevas obras en Mérida, en Sabiñán, en esa Ávila de "santos y cantos", en Cuenca y en Albacete; y se sigue orando intensamente para que el Señor abra camino en otros lugares de nuestra atormentada geografía. Pero arrecia también una creciente oposición. Las dos misioneras afincadas en Burgos (Anita Crouch y S. Pullen) se ven expulsadas de la capital por orden del gobernador civil, a quien el arzobispo en persona había visitado unas horas antes...

En la capital conquense, S. Sharples y su ayudante español tropiezan con una violenta (y bien orquestada) persecución. Casi a diario, unos mozalbetes irrumpen en las reuniones gritando: ¡Viva la Virgen! y destrozando Biblias, folletos e himnarios. Al cabo de una semana se presentó un policía para cobrar una multa de 25 pesetas (¡casi el sueldo mensual de un obrero!) por... "continuo alboroto y escándalo público". Poco después se comprobó que los "elementos incontrolados" de turno fueron enviados por el alcalde y con la bendición eclesiástica...

 

UN GIRO

Tras cinco años de esforzados trabajos y ante redoblados ataques organizados a nivel nacional, la obra parece dar un giro. En 1.902, doña Julia Jones deja Zaragoza (donde sin embargo, prosigue el testimonio) e instala la casa central en Madrid. Desde aquí sigue escribiendo, orando, predicando a las mujeres y cuidando atentamente de la marcha de la misión.

Además, en el barrio de la Guindalera, abre un confortable "Hospital evangélico inglés" dotado de los últimos adelantos de la ciencia médica. Es inaugurado en 1.904 en presencia del cuerpo médico, de la prensa, de destacadas personalidades y del embajador británico en persona. Con ello, doña Julia (que sufragó todos los gastos) quiere alcanzar a la clase media alta e incluso a la aristocracia, dándoles a conocer el auténtico Cristo de las Escrituras (frente a las aberrantes caricaturas del mismo). A cada enfermo se le regala un Nuevo Testamento (libre de humanas acotaciones) y literatura evangélica escogida. Más adelante -y siempre con el mismo fin- doña Julia Jones abrió en la madrileña calle del Carmen un selecto salón de té, donde acudían miembros de la casa real y de la aristocracia. Al lado había un salón de lectura ampliamente provisto de Biblias, Nuevos Testamentos y "Mensajeros de la Verdad". Los cuantiosos gastos de mantenimiento y la falta de personal adecuado no permitieron que ambos servicios (Hospital y salón de té) fuesen llevados a cabo durante muchos años. Quedan como testimonio de un inteligente esfuerzo para evangelizar a todas las capas de la sociedad española.

A partir de 1.905, la actividad de la "Primitiva Iglesia" va desplazándose lentamente hacia el Oeste: Salamanca y Extremadura; luego hacia La Mancha (Ciudad Real, Torralba de Calatrava, Valdepeñas y Albacete) y hacia el Sureste: Murcia. Finalmente, desbordará al Sur de Despeñaperros: Jaén, Casillas de Chilluevar, La Puebla de Cazalla (hacia 1.910) y Camas (al lado de Santiponce de Sevilla). La primera Guerra Mundial y el fallecimiento, en 1.916, de don Huntington Stone parecen haber mermado las filas y los recursos de lo que ahora se llama: "Misión Evangélica Inglesa".

Pero, estando la capilla madrileña en la calle de Silva (entre 1.913 y 1.920), siguen llegando algunas misioneras más: doña Ana, doña Clara Adams y doña Mercedes Vaughan. Esta fue la última que "partió para estar con Cristo", en septiembre de 1.962.

Por su parte, don Federico D. Jones (secundado por hermanos catalanes como don Amado Alqueza y don Jaime Casals) testificó activamente en las provincias de Huesca y Lérida, formándose entre 1.920 y 1.936- diversos grupos de creyentes en Alcarraz, Almacellas, Corbins, Termens, Monzón y cinco puntos más, sin olvidar la capital leridana y la Ciudad Condal. En 1.933, don Federico hizo construir el primer "Coche Bíblico" que hubo en España. !Aquello era una verdadera casa sobre ruedas", dice J. Casals en sus memorias, "tenía: cuatro camas, cocina, comedor, despensa, lavabo, estantes de la librería ambulante, con su micrófono y altavoz para anunciar la Palabra del Señor". Hasta el estallido de la Guerra Civil, el camión bíblico rodó por 38 provincias españolas anunciando la Biblia en centenares de pueblos grandes y pequeños.

En total, cabe afirmar que la "Primitiva Iglesia" estableció obra evangélica (pasajera o perdurable) en más de 54 pueblos y ciudades, que visitó regularmente más de 230 sitios habitados, proclamando en cerca de dos mil lugares que Jesucristo es el único Salvador y Señor: ¡Tierra, tierra, tierra! oye palabra del Eterno..." (Jer 22:29). Sus mensajeros recorrieron poblados, vecindarios y aldeas a pie, a lomo de burro, en carruajes tirados por mulas, en trenes e incluso en un flamante "automóvil" que, a principios de siglo, atraía a grandes multitudes. Así, en Ibahernando (Cáceres), la señorita Mathews -al verse rodeada por centenares de curiosos que no la dejaban bajar -utilizó el vehículo de motor para hablar sobre Juan 3:16. Mientras que en los pueblos manchegos por donde pasaba, curas y frailes alertados predicaban a los feligreses: ¿Habéis visto jamás un carro que ande sin caballería? No, ¿verdad? ¡Pues es la mejor prueba de que los diablos están dentro de ese coche! ¡Apedreadlo!

 

A MODO DE CONCLUSIÓN...

(Continuará)

(Redactado por Pablo Enrique Le More y publicado en la revista "Edificación Cristiana", marzo-abril de 1.981)