lunes, 10 de febrero de 2014

"La primitiva iglesia, en la España del '98" ( V parte y última, escrita en 1.981)




A MODO DE CONCLUSIÓN

 
Tiempo y espacio me faltan para seguir historiando esos modernos actos de apóstoles, más apasionantes que lo que narra Borrow en su "Biblia en España". Si Dios quiere, puede que lo haga más adelante, con nuevos materiales que descubra. Mientras tanto, cabe que alguien se pregunte: ¿Y qué queda -hoy día- de tantos esfuerzos y sacrificios para evangelizar a toda España en el espacio de una generación? Primero, no olvidemos que entre 250.000 y 300.000 compatriotas de aquel entonces oyeron la Buena Noticia. Luego, reconozcamos que la mucha extensión de la obra en superficie (en más de 40 provincias) perjudicó evidentemente al establecimiento y posterior cuidado de asambleas bien arraigadas en su entorno social. Los misioneros responsables pensaron que con reconocer "ancianos" en cada lugar (siguiendo el modelo apostólico) bastaría. Parece que no tuvieron en cuenta nuestra realidad socio-cultural y económica, por una parte, y por otra el hecho de que "presbyteroi" (los que vigilan amorosa y atentamente el rebaño) de la era apostólica eran - por lo general- creyentes ya asentados en la revelación del A. T., que aceptaron a Jesús y que luego eran continuamente formados por cartas y visitas personales de los Apóstoles y de sus inmediatos colaboradores.
El dilema no consistía en "evangelizar o edificar", sino en saber cómo simultanear ambas actividades, en medio de las circunstancias particularmente adversas que ejercitaban la fe de los obreros evangélicos día tras día. Con distintos datos, sigue siendo un problema actual.
Diremos finalmente que, hoy día, aún quedan descendientes espirituales de aquella "Primitiva Iglesia Cristiana". Dentro del campo de las Asambleas, citemos dos de Madrid (en calle Duque de Sesto y Puente Vallecas), posiblemente las de Béjar y la Puebla de Cazalla; y la de Camas, que dio lugar, posteriormente a otras tres asambleas sevillanas. En sus inicios (allá por los años 1.917 al 20), la "Misión Evangélica Española" de Valdepeñas se benefició del ejemplo y de los esfuerzos evangelizadores de doña Julia Jones. Y otros beneficiados fueron los distintos grupos bautistas en Badajoz, Albacete, Pétrola, Lérida, Huesca y Barcelona.
Lo que antecede no sólo es rigurosa historia, sino un abnegado ejemplo y un auténtico desafío para nosotros.

(Fin)

(Redactado por Pablo Enrique Le More y publicado en la revista "Edificación Cristiana", marzo-abril de 1.981)

 

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