lunes, 27 de octubre de 2014

"De mi diario...", 1.905. (III parte y última)




Lunes 30. En vez de que las mujeres vinieran aquí, ellas me pidieron ir a otra casa. ¡Oh, qué grupo tan variado! Me gustaría poder describirlo para vosotros, pero qué tristeza ya que parecía como estar en la oscura África. La suciedad, los niños sucios y sin vestir -de hecho, debido al calor, y con una completa indiferencia por la ropa y las pobres madres tan cansadas, pálidas, algunas trabajando duro en la fabricación de zapatillas, que está tan pobremente pagado. Oh, cómo una anhelaría darles descanso en su cuerpo, y sobre todo,  que ellas pudieran tener descanso del alma a través de creer en Jesús. En algunas familias uno ve lo que el Evangelio ha hecho, sus casas y sus hijos tan limpios. Después de eso, tuve un agradable viaje viendo los jardines de frutas, que a pesar del calor, están verdes; de verdad que la tierra está seca, y uno se pregunta cómo esta tierra puede producir algo. Ocho meses sin llover; de hecho, el agua o unas pocas gotas de lluvia ¡son de las cosas más preciadas aquí! Vimos el sol ponerse, y las colinas que rodean la ciudad en uno de sus lados se volvieron rosadas en sus tonos, y luego cambiaron a un maravilloso azul oscuro que no puede ser descrito, mientras la noche llegaba. Qué bonito es todo lo que Dios ha hecho y especialmente aquí. Se destacan las palmeras como vigilantes que guardan la ciudad.

 

Miércoles, 30. Estuve en Albacete; este trabajo grandemente necesita vuestras oraciones. Por la tarde, unos 40 se reunieron durante una hora.

 

Día 31. La lluvia ha llegado, ¡qué bendición! "Lluvia de bendiciones, envía sobre nosotros, oh Señor".

 

Miércoles, 6 de septiembre. De nuevo visité Fortuna, pero llegamos tarde. Tuvimos un buen número, quizás unos 100, y la mayoría muy atentos. A menudo escuchamos al terminar, "no os entendemos", pero aparte de nuestras débiles voces y de nuestro imperfecto lenguaje, sabemos que "el hombre natural no percibe las cosas del Espíritu de Dios... ni tampoco puede conocerlas, porque se deben discernir espiritualmente". (1ª Cor 2:14)

 

Jessie Mathews

 


(Publicado en la revista "Gleanings from Spain", núm 10, octubre de 1.905, traducido del inglés)

Foto: contraportada revista "Gleanings from Spain".

lunes, 20 de octubre de 2014

"De mi diario...", noticias desde Murcia, 1.905. (II parte)



Día 25 de agosto de 1.905. Algunas mujeres vinieron para que visitara sus casas, o mejor dicho sus patios, que son muy pequeños, pero unos 16 de nosotras lo llenaron. Ciertamente no era un lugar muy agradable para reunirnos, pero todo lo que podía hacerse a través del amor y la limpieza se hizo, incluso colocar una "tira" de alfombra. A través de la ventana pude ver a la pobre "prisionera" (de la que ya habréis leído en anteriores cartas) que estaba mirando a su través y escuchando intencionalmente. Me alegré de poder cantar y hablar de Jesús y Su amor mientras ella escuchaba. Seguramente ella es una prisionera en ambos sentidos, pero muchos están orando para que ella pueda ser libre.

Cada noche las reuniones, aunque no muy numerosas, han sido buenas, especialmente los domingos. Por la tarde teníamos mucha bendición y ayuda mientras estudiábamos Marcos 9, en el que nosotros encontramos tres lecciones especiales.

1) Que para la bendición, no se necesita un lugar o circunstancia especial; solamente "estar con Jesús y oír Su voz" es suficiente. Pedro dijo:"Vamos a hacer tres tabernáculos..." (v. 5).

Dios dice, "Este es mi Amado Hijo; a él oíd" (v.7).

2) Que el poder para el servicio viene solo de la oración y el ayuno (v. 29) (absteniéndonos de todo lo que desagrada a Dios, negándonos a nosotros mismos). Los discípulos no podían echar fuera este espíritu a causa de su incredulidad...

3) El espíritu correcto es necesario entre los creyentes. Cuán "natural" es discutir "¿Quién debería ser el mayor? pero Jesús toma a un niño y les muestra que ellos necesitan un espíritu de humildad, simplicidad y confianza, así que esto en suma muestra lo que necesitamos:

Para el gozo, Su Presencia,

Para el servicio, Su Poder,

Para vivir, Su Espíritu.

"Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas."

 

Lunes 30. En vez de que las mujeres vinieran aquí...

 

(Continuará)

(Jessie Mathews)

 

(Publicado en la revista "Gleanings from Spain", núm 10, octubre de 1.905, traducido del inglés)

lunes, 13 de octubre de 2014

"De mi diario...", noticias desde Murcia, 1.905.



"19 de agosto de 1.905, sábado: llegué aquí con un ayudante español y tuve una cálida bienvenida en todos los sentidos. Los queridos obreros tenían mucho que contarme desde la última vez que los vi, y el fervor espiritual de varios creyentes en la reunión hablaba de cómo el Señor ha hecho su obra en esta oscura ciudad.

El domingo fue un feliz día de cultos, y el lunes, después de un ocupado día, mis dos colaboradores me dejaron al cargo del trabajo mientras ellos buscaban descanso y un cambio de aires, que estamos seguros que el Señor se lo dará, por las muchas oraciones y amorosos deseos que les acompañaron desde estos cariñosos murcianos.

El martes hizo bastante calor, y ¡tuve que batallar contra los mosquitos!

El miércoles, a las 4 de la madrugada, antes del alba, cinco de nosotros nos dispusimos a viajar a un pueblo llamado Fortuna, al cual llegamos a las 8 de la mañana, y encontramos un bonito y amplio salón con pequeñas habitaciones. Pero a pesar de un paseo encantador, la Naturaleza no pudo aguantar más, y nos vimos obligados a tomar refugio en una siesta, tan pronto como el lugar estuvo listo. ¡Qué sueño tan reparador! cuando las cosas parecen peor, gracias a un poco de descanso, los asuntos se vuelven con un aspecto más alegre, y así fue con nosotros. Después de una cena improvisada leímos de la maravillosa provisión de Dios para su siervo (1º Reyes 17); estas pruebas fueron sin duda preparación para alguna utilidad futura.

A las 5 de la tarde, una pandilla de niños vinieron, y tuvimos una pequeña reunión, después de la cual fuimos a echar un vistazo por los alrededores y así visitar a nuestros vecinos: primero de todo, en la posada principal conocimos al doctor del pueblo; después la casa de un rico propietario, quien nos mostró gran amabilidad, y desde luego, tuvimos que ver y admirar cada habitación de su bonita casa de campo; después nos dirigimos al gran almacén de almendras, donde fueron muy amables y corteses, pero uno podía ver que el lugar es apropiadamente llamado Fortuna, ya que todos parecen estar empeñados en ganar dinero. Todos asentían que el Evangelio era lo que querían, pero "los cuidados de esta vida..." De todas formas, la mayoría de los jefes vinieron por la noche a la reunión. Unas 200 personas estuvieron presentes, pero el ruido de fuera y el movimiento de dentro la hizo difícil. Uno tras otro los hermanos hablaron; pero no era muy alentador cuando escuchaban, "Ah, si sólo hablaras más claro, y nos dijeras que tenemos que hacer y que significa todo eso, entonces nos convertiríamos;" por otro lado, fue agradable escuchar a un robusto trabajador decir, "vine la semana pasada y me encontré las puertas cerradas, y estuve muy disgustado, porque yo no vengo por los folletos, vengo porque me gustan las reuniones; no quiero fiestas ni diversiones."

El jueves por la mañana a las 4 ya estábamos de nuevo en la carretera hacia casa. ¡Oh, qué lujo nuestra pequeña casa de misión con su té, baño y descanso! seguramente muchos de nosotros somos ¡muy naturales y terrenales en nuestros deseos! pero el gozo de su servicio nos anima por encima de todos los pequeños inconvenientes, ya que es tal el privilegio de llevar las buenas nuevas a otros. Quiera el Señor hacernos reales y salir para su servicio.

Unos pocos vienen a la oración cada mañana de 8.30 a 9.30. Algunas veces los trabajadores apartan una hora para estar presentes, y el Señor nos da un buen tiempo de oración, alabanza y lectura.

Día 25. Algunas mujeres vinieron...

 

(Continuará)

(Jessie Mathews)

 

(Publicado en la revista "Gleanings from Spain", núm 10, octubre de 1.905, traducido del inglés)

lunes, 6 de octubre de 2014

"Noticias desde Albacete", octubre de 1.905.



"Durante las pasadas semanas el trabajo por aquí ha estado a cargo de los hermanos españoles solamente, quienes cuentan que la ciudad misma, tanto como los pueblos de alrededor están más profundamente interesados y sedientos del evangelio; tanto es así, que, no pueden ir a todos los pueblos a los que han sido invitados. Parece triste que estas personas deseosas sean tratadas así, por eso ellos nos han pedido muchas veces venir y enseñarles, pero no podemos ir, simplemente porque aquí somos pocos obreros, y el trabajo ya es más del que puede ser hecho. La obra, la cosecha y los obreros son del Señor; "orad pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies".

El otro día una jovencita, hija de uno de los hermanos aquí, murió de manera súbita. Su muerte, como la de casi todos los creyentes en este país, ocasionó mucho revuelo entre los católicos romanos; ellos dicen que nosotros enterramos a los que pertenecen a nuestra fe como si enterráramos a un perro, de una forma no ceremonial y, por tanto, sin sentimiento. Ciertamente tenemos menos ceremonia que la que ellos tienen; y no lo sentimos tanto como ellos. Nosotros nos regocijamos; ellos lamentan, y con buena razón.

El funeral tuvo lugar pronto después de que la pequeña murió; el carruaje, que era alquilado para trasladar los restos al cementerio, apareció a su debido tiempo, habiendo colocado una gran cruz de madera, por lo que se le pidió al conductor, francamente y firmemente que la quitara. Él lo hizo de mala gana, ante el horror y disgusto de aquellos que pretenden adorarla. Después el ataúd fue colocado en el carruaje, el conductor condujo quietamente a través de las calles en su camino al cementerio, mientras los dolientes le seguían detrás, esto dio un noble testimonio de su fe en Cristo.

Los sacerdotes tenían una gran rabia, y aunque ellos fallaron al evitar el funeral a través de una orden civil, sí que mostraron su oposición."

James Houston

 

(Publicado en la revista "Gleanings from Spain", núm 10, octubre de 1.905, traducido del inglés)

 

Foto: Postal antigua de Albacete