martes, 23 de febrero de 2016

"Trabajo cristiano en Madrid" por Albert R. Fenn (diciembre de 1.890, VI parte)




Una de nuestras hermanas españolas tuvo acceso a un joven muy enfermo, al que ella había conocido cuando era niño y pudo llamar su atención a los asuntos de su alma, y presentarle a la srta. Gieser, cuyas palabras el pobre muchacho "bebió". Creyendo que estaba a punto de morir el cura llegó para impartir "los últimos sacramentos" pero él murió al día siguiente con las palabras "Jesús, Jesús", en sus labios.

Así son algunos de los casos que nos encontramos aquí, pero no tenemos espacio para mencionar otros no menos interesantes. Como ocurre en otras formas de ministerio, los oyentes son muy atentos, y muchos se muestran interesados, pero aquellos que creen con el corazón y confiesan con la boca al Señor son pocos.

Nos gozamos en el Señor de que tenemos reuniones con buena asistencia, a pesar de los romanistas, libre pensadores e incrédulos, y en ellas hay una gran atención y el orden siempre prevalece. Las dificultades de aquellos que están convencidos son inmensas, porque la pobreza es tan grande que si un hombre tiene un puesto de trabajo no lo pondrá fácilmente en peligro ya que no tendrá perspectivas de otro.

Muchos nos dicen cuanto desean identificarse con nosotros; pero sus circunstancias les previenen, por ejp., un hombre, hace poco, dijo después de una reunión, "les agradezco con todo mi corazón por todo lo que están haciendo en este distrito; yo envío a mi pequeña hija a la escuela y voy a las reuniones cuando puedo, y sería uno de vosotros pero mira esto" -y señaló su uniforme de policía. Otro que asiste regularmente me llamó aparte y me dijo: "en el aniversario de la muerte de mi padre hasta este año he pagado por una misa por su alma; pero a raíz de venir aquí veo que eso está equivocado, pero aún respeto la memoria de mi padre y desearía dar algo aún. Mi esposa y yo ahora desearíamos ofrecer esto a vosotros para usarlo en alguna buena obra." Habiéndonos asegurado con él de que no asociaba este regalo con ningún beneficio del fallecido, acepté su ofrenda, un dólar, para pagar el alquiler del local. Él es ahora un honesto buscador. Ha costado que estas personas vean el error de orar y ayudar a los muertos; pero cuán penoso es pensar que mientras los españoles católico-romanos están escapando de estas cosas, los ingleses que han leído Hebreos y Gálatas ¡son tan tontos de abrazarlas! Un hombre referido en nuestro último informe aún viene a veces, pero no ha tenido la fuerza de romper con la oposición del mundo. La aceptación del evangelio para él significaría el abandono de todo y seguir a Jesús. Ocasionalmente veo a un miembro influyente de la aristocracia en nuestras reuniones, es muy atento y devoto; pero se sienta en uno de los últimos asientos y es uno de los primeros en marcharse. Oigo que hace lo mismo en otras capillas. Estamos seguros que en Madrid, como antaño, hay una multitud de personas que creen, pero "secretamente por temor a los judíos", es decir, sus compatriotas, y por eso no "confiesan a Cristo".

Nos hemos referido a varios que se han ido por haber fallecido; hay otros cuyas circunstancias les ha obligado a abandonar Madrid, no solo a otras provincias, sino a Sudamérica, México, y los Estados Unidos; confiamos en que ellos extiendan la luz de la verdad allá donde estén...

 

(Continuará)

 

Fuente de la información: Centro de Documentación Evangélica, Toral de los Guzmanes, León. 

Foto cortesía de Alex Quintero.

Estos informes  de Fenn no constan en otro Archivo en el Reino Unido o España.

(Traducción del inglés realizada como trabajo voluntario)

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