jueves, 12 de mayo de 2016

Acróstico del nombre de un misionero: "Eduardo T. C. Turrall". (II parte)


R obos. Los viajes los hacía en un carro sin muelles a través de las llanuras con su esposa y sus pequeños, hasta llegar a Toral de los Guzmanes, Jiménez de Jamuz y Castrocalbón donde él abrió lugares para las reuniones.

Se enfrentaron a miles de peligros, aventuras y ladrones. Desde los albores de la mañana hasta con las estrellas nocturnas, buscando alcanzar algún pueblo. Estos viajes pueden hacerse ahora en menos de 2 horas con la comodidad de un coche en ¡carreteras reales! En una ocasión, atrapados en el barro, tuvieron que dejar todo hasta el día siguiente, y dormir en una aldea cercana. A la mañana siguiente encontraron que mucho había sido robado incluyendo un reloj (un regalo de boda) y todos los premios de la Escuela Dominical de la aldea a la que iban. Pero la sra. Turrall estaba satisfecha porque la ropa del bebé estaba allí. Años más tarde en una casa de un pueblo que usaban, un ladrón sólo pudo encontrar un dolar que estaba envuelto en un papel que decía claramente ¡que era una moneda falsa!

 

D elicias. La música era una delicia. El violín, el órgano, el piano, las canciones enseñadas en forma de himnos y coros. Llegó a ser conocido como "el músico". Esto conllevó que el evangelio permaneció en la memoria de muchos. Este año, 1.981, sus hijas visitaron un pueblo donde su trabajo empezó hace 60 años y tuvo que ser dejado al final, había en la calle personas mayores que empezaron a cantar los himnos que aprendieron tanto tiempo atrás - y especialmente "El gran médico está cerca ahora". Compuso muchos himnos, algunos están en himnarios aún dando vueltas por el mundo, también tradujo himnos del inglés. Muchos fueron escritos para reuniones especiales al abrirse nuevas iglesias o para otros eventos. "Juntos en tu presencia" es uno de ellos. Fue verdad para él lo que decía David: "Él puso un cántico nuevo en mi boca para alabar a nuestro Dios -muchos lo verán..." (Salmo 40:3)

 

O ración. "Orad sin cesar" fue su texto favorito, y su hijo cuando era pequeño por error leyó "dejar sin orar". Raramente hacía una visita sin una oración. También en conversaciones a menudo las personas podían oírle decir "vamos a orar sobre eso" y después la charla continuaba. Escribía los himnos en sus rodillas, con la Biblia abierta para poner las palabras de la Biblia. Cuántas vigilias tuvo por los problemas en las iglesias. Mientras conducía su bicicleta, con cada pedalada, el nombraría a los creyentes, uno por uno y los lugares donde se había comenzado la obra, Ardón, Zotes, Gijón, León, etc. Sin duda el Señor oyó estas súplicas.

 

T racts (Folletos). Era su placer ir a la carretera principal y distribuir folletos, y hablar a los que regresaban de los mercados desde la Bañeza habiendo vendido sus productos y queriendo regresar a sus distantes pueblos antes de que anocheciera, por miedo a los lobos en el monte. Amaba dar folletos en los viejos y lentos trenes, que le proporcionaban mucho tiempo para conversaciones. Un día estaba sentado frente a un cura y después de repartir folletos en ese tren se sentó de nuevo sin ofrecerle ninguno al cura. El cura le recordó que no le había dado ninguno y con placer se lo entregó. Pero después de echarle un vistazo, lo arrojó por la ventana. Fue llevado por el aire a otra ventana y cayó a los pies de Cecil, entonces un jovencito. Dándose cuenta que era el del cura y pensando que lo había perdido, lo tomó y muy amablemente le dijo "su folleto señor". El cura se quedó tan asombrado que ¡lo guardó!

 

Ú til. Sí, "útil para Dios" porque un nuevo trabajo es un trabajo difícil sin un grupo de creyentes. Esto se hizo en lugares muy aislados y en días de mucha menos libertad para el evangelio y a menudo con mucho más antagonismo. Estar dispuesto a hacer frente a cualquier tipo de trabajo así como en el lado espiritual no se realiza por todos. Gracias a Dios por Su ayuda, a veces con las autoridades, o al mover Dios los corazones para aceptar a Cristo. A menudo también estaba al cuidado del mantenimiento de los edificios de los locales, e hizo suyas las palabras "todo lo que te venga para hacer, hazlo según tus fuerzas." Cuán a menudo el Señor perdonó, y su gracia abundó. A la mitad de su vida, se le pidió también cuidar el trabajo en distintas partes de Galicia cuando varios misioneros estuvieron en Inglaterra, tales como Vigo, Ares, Marín, Ferrol, Coruña y desde luego, Gijón.
 

(Apuntes de Irene Turrall, traducido del inglés de forma voluntaria)

(Continuará)

lunes, 2 de mayo de 2016

Acróstico del nombre de un misionero: "Eduardo T. C. Turrall". (I parte)




E duardo: nació en un lugar de Richmond, Surrey, llamado Ararat, aunque ¡en una fecha posterior al tiempo de Noé! el 20 de abril de 1.868.
Su madre lo había dedicado al Señor antes de que naciera pero no fue hasta la edad de 20 años que fue salvo a través del texto, "Pedid y se os dará" (Mat. 7:9)
D ecisiones: después de 6 años de servicio muy activo para el Señor en su tiempo libre, sintió la llamada del Señor a servirle en España, donde su hermano y esposa estaban ya. Sintió la certeza de ir a España a través del texto de 2º Reyes 7:9 "no hacemos bien, este día es un día de buenas noticias, y nosotros callamos". Así que él fue y, en cuanto a los fondos, por fe.

Estuvo en Monforte de Lemos, Galicia por un año, aprendiendo el idioma y luego en la provincia de León donde trabajó, compartiendo las buenas noticias de salvación a través de Cristo. Estuvo en uno de los primeros grupos pequeños que comenzaron el trabajo en España. A través de una invitación por un grupo en Toral que querían escuchar el mensaje protestante, llegó a Toral de los Guzmanes y empezó a trabajar allí, con dificultades, costos y construcciones, pero todo con el gozo que conlleva el servicio. Una vez que el trabajo estuvo establecido, abrió una Escuela Dominical con ayuda de los nuevos convertidos para enseñar a los niños. Conocemos a personas de aquellos días que recibieron su enseñanza secular y espiritual en esta escuela. Los adultos también necesitaban educación, y ellos iban a las escuelas nocturnas. Por varios años hubo estudios bíblicos cada mañana para los creyentes que estaban libres para ir y aprender.
U rgencia: siempre sintió la urgencia de dar el mensaje del Señor, viajando regularmente con los colportores, a ferias, vendiendo Biblias y dando folletos, también hacía viajes con su vieja bicicleta, acompañado de su hermano Sidney, por muchos lugares, con escasa comida y malos alojamientos por Galicia y Asturias, animando a los pequeños grupos de nuevos creyentes.
En Linares, en el sur de España, ayudó en una campaña que fue grandemente bendecida por Dios y muchos se convirtieron y siguieron la verdad. El trabajo en Gijón, norte de España, tomó mucho de su tiempo, hasta que años después lo puso en manos del sr. Biffen. En Gijón su hijo Cecil murió a los 17 años de edad en 1.924.
En el funeral un joven estuvo presente -un creyente llamado Daniel García, también de 17 años, que años más tarde llegó a ser un obrero dedicado al servicio de Dios. El mensaje dado en la sepultura por el padre de Cecil tuvo tal efecto en Daniel que 38 años después podía relatarlo palabra por palabra en el funeral del padre de Cecil, Don E. Turrall.
A_leluyas. El gozo del Señor era muy perceptible en él. Mostraba un vivo interés en cada niño y adulto, y ellos lo notaban. La primera convertida en Toral fue la bisabuela de Dina Gijanto que vive en León. ¡Qué gozo el de un convertido! valió la pena todo el dolor que hubiera pasado, dar la buena noticia aunque solo fuera a un alma que se convierte. Más tarde muchos más se convirtieron para la Gloria de Dios. El rey Alfonso XIII escogió como esposa a una princesa inglesa, pero en los años previos, Don Eduardo se había casado con Elisa Harland en Inglaterra, y como él solía decir: que por esta causa ¡el rey no pudo escoger a la misma chica!...


(Apuntes de Irene Turrall, traducido del inglés de forma voluntaria)

(Continuará)
Foto: Familia Turral